Durante todo el año se encuentra abierta la inscripción para los Workshops de artes a distancia del blog educativo Siete Artes, llevados a cabo en la plataforma virtual https://cursosarte17.milaulas.com
Nuestros Workshops están dirigidos a aficionados y amantes del cine, las letras, las artes y las comunicaciones. Para participar en ellos no es necesario tener experiencia en el rubro, ni grados académicos previos.
Los workshops son una moderna propuesta para el aprendizaje, de modalidad intensiva en un día de duración y tenemos disponibilidad horaria para que puedas hacerlo compatibles con tu jornada laboral.
CURSOS DE ARTES A DISTANCIA:
LAS VANGUARDIAS ARGENTINAS
DEL SIGLO XX: 1920-1950
El nombre de Literaturas de Vanguardia fue acuñado durante
la Primera Guerra Mundial (1914-1918) para designar a una serie de inquietudes
artísticas que se sitúan en la “avanzada” cultural del momento. El vanguardismo
significó uno de los momentos de mayor unidad entre los artistas europeos que
se proyectaron hacia la construcción de una nueva cultura y, por tanto, de una
nueva sociedad.
Pero
el vanguardismo no fue ni mucho menos una tendencia unitaria sino que estuvo
formado por una gran cantidad de movimientos, cada uno de ellos con
peculiaridades, intenciones y técnicas propias. Lo que tuvieron en común fue el
deseo de crear un arte radicalmente nuevo y que rompiese definitivamente con el
realismo.
La historiografía del arte argentino coincide en señalar
la pintura argentina a partir de 1920 como el período en que se produjo la
modernización del lenguaje plástico en Argentina. Diversos acontecimientos
sostienen esta afirmación: Regresaron a Buenos Aires Emilio Petorutti, el Grupo
de París y Alfredo Guttero. Actuaron Xul Solar, los Artistas del Pueblo, el
Grupo de la Boca y otras individualidades. Desde distintos ángulos formales e ideológicos -los
artistas que regresaron al país conocían el lenguaje de las vanguardias
europeas- , se cuestionó el gusto dominante y sus árbitros: los organismos
oficiales. Se fundó Amigos del Arte, organismo que brindó espacio a las nuevas
tendencias.
Las variables
históricas que posibilitaron la vanguardia y la influencia en el contexto
socio-cultural argentino
El Arte Moderno no nació por evolución del arte del S.
XIX, por el contrario nació de una ruptura en los valores en la unidad
espiritual y cultural.
El S. XIX conoció una tendencia revolucionaria de fondo,
en torno a la cual se organizaron el pensamiento filosófico, el político y el
literario, la producción artística y la acción de los intelectuales. Fue una
época donde el mundo intelectual del continente europeo tenía una unidad y un
enlace fundamental. En esta época toma consistencia la concepción del pueblo, y
los conceptos de libertad y progreso adquieren nuevas fuerzas y concreción. La
acción por la libertad es uno de los ejes de la concepción revolucionaria del
S. XIX.
La presión de las
fuerzas populares se fue haciendo cada vez más enérgica y es captada por los
intelectuales como un elemento decisivo de la historia moderna. Por lo tanto el
arte y la libertad son vistos como la expresión verdadera del pueblo. Se destacaba la necesidad de la presencia del
pueblo en la cultura. La claridad, la evidencia, el compromiso eran la
característica fundamental en la que el arte en general debía inspirarse. La realidad fue un problema central de este
arte, por eso alcanza su mayor esplendor la época del Realismo. En todos los
campos la realidad apremia (apura), la libertad en una instancia real, concreta
y definida, social, política y cultural.
La realidad histórica se hace así contenido de la obra a
través de la fuerza creadora del artista.
Igualmente hubo rechazo de esta tendencia, los gustos estéticos de la
nueva burguesía financiera, una sociedad cuyo espíritu era limitado con
respecto a las concepciones del artista y su generosidad por la humanidad se
volcó hacia obras de arte menos independientes y audaces.
En ese contexto, París fue en le S. XIX la capital del
arte y nuevas ideas políticas, confluían desde todas partes artistas que
querían renovar y crear un arte nuevo. Pero este proceso revolucionario llega
también a otros países europeos que aun no poseían una autentica cultura
nacional, empiezan a florecer los estudios sobre la historia patria y el arte
se centra en la observación de la realidad.
En Argentina fue la época del despertar de su cultura
nacional y el arte gauchesco, toda una iconografía muy transitada por el cine,
la literatura y las artes plásticas. Los ideales democráticos y patrióticos
penetraron por todas partes y encienden el ánimo de los intelectuales,
artistas, poetas. Pero con la llegada de las influencias europeas, empiezan a
vislumbrarse otras tendencias. Toma impulso un arte fresco y vital.
Si bien el arte autóctono en esta época era un arte
vivamente enraizado en los problemas de la vida y la historia (como en todo
pueblo, por otra parte), en el campo estético no tuvieron la amplitud ni la
intensidad de los autores franceses quienes influyeron profundamente en el
proceso histórico del devenir del arte en nuestro país. Es más, las obras de
Emilio y Xul, fueron mundialmente conocidas, dos artistas de exportación
formados a la europea. Le pasó a Borges también, por citar otro caso
emblemático.
Valor: 700$
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whatsapp: 221-5669558
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